Pensamientos naturistas – 11 – Pudor y naturismo

Con un poco de retraso a lo que tenía previsto, presento una nueva edición de los Pensamientos naturistas; en esta ocasión, el autor trae a colación el tema del pudor en relación al naturismo. ¿Los naturistas somos impúdicos? La respuesta, aquí mismo…

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Pensamientos

Pudor y naturismo.

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El pudor, un concepto relativo.

En nuestra sociedad occidental, el pudor está íntimamente ligado a la sexualidad. Consiste, simplemente, en conservar en la esfera íntima todo lo relacionado con la sexualidad. Es decir, la actividad sexual, pero también y sobre todo, las partes del cuerpo que forman parte de la sexualidad: senos, nalgas, órganos genitales.

Sin embargo, el pudor es un concepto muy cambiante, en función de los pueblos, las religiones, e incluso del momento histórico. Lo que impúdico para unos no lo será para otros. Así, por ejemplo:

  • Entre los musulmanes, es totalmente impúdico para una mujer dejar su cabello visible, incluso dejar visible cualquier parte del cuerpo (es la razón de ser fundamental del velo o del burka).
  • Antes de mayo del 68, se consideraba como indecente para una mujer llevar una falda que dejara visibles las rodillas. En 1964, la presentadora de la ORTF (Oficina de radiodifusión – televisión francesa, N. del T.) Noëlle Noblecourt fue despedida por haber osado mostrar sus rodillas en antena. Los tiempos han cambiado mucho…
  • Mucho antes todavía, al principio del siglo XX, se consideraba como indecente para estas mismas mujeres dejar los tobillos visibles, o llevar un pantalón. Por cierto, esta última prohibición no fue suprimida de la ley francesa hasta hace muy poco tiempo solamente…
  • Entre numerosos pueblos de África, la Amazonia o la Melanesia que viven desnudos (simplemente porque el clima no hace necesario la vestimenta), puede ser indecente no llevar atributos decorativos con significación social, como pulseras, collares y otros estuches penianos.

El pudor entre los naturistas.

Por supuesto, entre los naturistas el pudor y la decencia existen, y son incluso nociones capitales. Simplemente, el ámbito del pudor es diferente de lo que es normalmente admitido según la “norma social”.

Numerosos textiles no comprenden esto, condicionados por los principios judeo-cristianos que estipulan que las partes “pudendas” no deben ser desveladas al prójimo. Para un textil, ser nudista es pasearse con el culo desnudo y el sexo al aire, y eso es ser indecente e impúdico.

Entre los naturistas, el desnudo está por principio desexualizado. Todo naturista es capaz de diferenciar entre el desnudo ordinario y el desnudo sexual, lo que simplemente es una cuestión de contexto. Como entre los indios del Amazonas, en el fondo…

Partiendo de esto, no hay nada impúdico para un naturista en no cubrir su cuerpo, sus genitales. Estos forman parte del cuerpo como el resto, ni más indecentes, ni mas vergonzosos.

Para un naturista, pasearse desnudo es infinitamente menos indecente que ciertos vestidos cada vez más extendidos en nuestra sociedad:

  • Pantalones de talle bajo que dejan entrever la ropa interior o la ausencia de ropa interior,
  • Escotes pronunciados o realzados, llevados sin sujetador o en ocasiones con un sujetador compresivo, siendo la forma preferida de poner en valor los senos,
  • Ropas transparentes o traslúcidas, como muchas ropas de “alta costura” llevadas frecuentemente sin ropa interior por las “estrellas de cine” en los festivales y que no esconden nada de su anatomía.

Todas las vestimentas antes citadas tienen, en efecto, una función totalmente incompatible con el espíritu naturista: tienen por meta atraer las miradas sobre los senos, sobre las nalgas, sobre los órganos genitales, y tienen por tanto una función sexual indiscutible. Por tanto, es indecente para nosotros, como debía serlo también para los textiles, por cierto.

Entre los naturistas, el desnudo en absoluto tiene por función atraer la mirada sobre los órganos sexuales. Nuestro desnudo simple desexualizado no es, por tanto, indecente a nuestros ojos.

Por el contrario, en todo reglamento interior de un centro naturista encontraremos instrucciones en cuanto al hecho de llevar tatuajes provocativos o piercings genitales, que en general son prohibidos estrictamente. Estos atraen la mirada sobre los órganos sexuales, puesto que tienen una función sexual, es indecente. De igual manera, todo comportamiento sexualmente ambiguo o explícito practicado a la vista del prójimo está prohibido: como entre los textiles, es impúdico.

Como resumen, entre los naturistas es impúdico o indecente todo lo que atrae de forma deliberada la mirada hacia el sexo y todo lo que evoca implícita o explícitamente la actividad sexual. Pero el desnudo simple, que no tiene por objeto mostrar o exhibir nuesro sexo, es perfectamente decente. Para un naturista, pasearse desnudo, es exactamente igual que pasearse vestido.

Nos encontramos, en el fondo, con la distinción entre desnudo simple y exhibición sexual, que la que todavía se adolece a nivel legal en Francia.

Pensamientos

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