En muchas ocasiones, limitamos los términos de una determinada palabra o expresión a una sola definición, colaborando de esa forma a ocultar la realidad de su significado. Y no he encontrado una forma mejor de dar a conocer el verdadero significado de la expresión violencia contra las mujeres que publicar un extracto de un artículo publicado por Leire Gurruchaga Iraola, responsable de género de Educo, en la revista del mismo nombre de diciembre de 2021. El artículo se llama 25N, los diferentes rostros de la violencia contra las niñas, y el extracto es el último párrafo editado del mismo.
El maltrato psicológico y físico que sufren las mujeres por parte de parejas o exparejas sentimentales es violencia. El embarazo de una niña, una adolescente, es violencia. La subrepresentación de las mujeres en los espacios de decisión es violencia. La brecha salarial de género es violencia. La mutilación genital femenina es violencia. Obviar sistemáticamente las opiniones de las mujeres es violencia. El matrimonio de niñas es violencia. El control ejercido sobre las adolescentes por parte de sus parejas es violencia. La trata de niñas y de mujeres es violencia. El sexting no consentido es violencia. El que prioricen la educación de tu hermano a la tuya, niña, es violencia. El acoso sexual en el trabajo es violencia. El tener que quedarse en los márgenes del patio escolar porque la mayor parte lo ocupa el campo de fútbol es violencia. El que las mujeres dediquen de media, sistemáticamente y en todos los rincones del planeta más horas que los hombres a las tareas domésticas y de cuidado es violencia. Sentir miedo de volver a casa solas de noche es violencia. El que una niña no tenga tiempo para jugar y correr porque tiene que cuidar de sus hermanos menores es violencia. Y el que tenga que dejar la escuela porque se casa y tiene hijos, también. Todo eso, y más, es violencia contra las niñas y las mujeres.
Leire Gurruchaga Iraola en Educo, diciembre de 2021
El eurociudadano nudista 